jueves, 8 de septiembre de 2016

Un virus llamado adolescencia

Es normal que te sientas así. Es normal que quieras reír y llorar al mismo tiempo, que te creas superior a los demás, que las discusiones con tus padres sean constantes. Que te pongas triste por tonterías porque, sí, que el/la chico/a que te guste te haya dejado en visto no es el fin del mundo. Tampoco lo es un grano en la nariz que te ha salido justo el día que sales con tus amigos.
Así que no llores por tonterías, no gastes tu tiempo en cosas que no valen la pena y no intentes ser como las chicas que salen en las revistas, porque la mayoría de esas fotos no son verdad. No te preocupes por si tus pantalones no son los que se llevan este año, o por si tu blusa parece muy aniñada. Sé tú mismo/a, y los que vengan detrás no deben importarte.
Un consejo: Tus padres son las personas que más te quieren en el mundo. No hay motivo para traterles mal, por muy pesados que parezcan. Al fin y al cabo, si estás aquí leyendo esto es solo gracias a ellos.

Sé que este texto no lo va a leer mucha gente. Pero espero que os haga reflexionar un poquito sobre los verdaderos problemas en la vida. Esto no lo he escrito porque yo me sienta así, ¿eh? Porque yo soy una adolescente divergente y no puedo ser controlada.
Siento tardar tanto en subir una entrada. Se me ha roto el ordenador.
Espero que hayáis empezado con buen pie el colegio, y que empezemos con buen pie el lunes el instituto.
Besos,
Carlota <3